Entrevista con Javier Santamarta

Javier Santamarta del Pozo, nacido en Chamberí, Madrid. En el año 1963. Una auténtica voz radiofónica donde las haya. Y es que no se queda corto, ha trabajado con secciones propias en canales cómo EsRadio o Gestiona Radio y Tiene su propio podcast junto a Paco Álvarez y Rafael Rodrigo llamado Tres en Historia, por no hablar de su también conocido programa El Tren de Santamarta. En lo literario ha publicado ya varias obras: Siempre tuvimos héroes (Editorial Edaf), Siempre estuvieron ellas (editorial Edaf), Fake News del imperio español (Esfera de libros), con el que dio un gran salto en este mundo de las letras, y Eso no estaba en mi libro de la Primera República (Almuzara). Este último le ha hecho ganar el Premio Puerta de Andalucía al Recorrido en Ensayo Histórico y sobre él irá dirigida la entrevista de hoy.

Javier Santamarta tras una de las preguntas de esta entrevista: «Este libro será juzgado y lo ha sido, tanto por monárquicos como por republicanos»

—¿De dónde nace la idea para escribir Eso no estaba en mi libro de historia de la primera república?

Siempre me ha gustado dar a conocer personajes, hechos o aspectos no tan conocidos u olvidados en nuestra Historia. Y el siglo XIX entero es un lugar lleno de tópicos y de desconocimiento siendo como fue un periodo tan interesante como intenso. Uno de esos momentos es precisamente ese periodo de seis años donde se junta todo ese siglo, de alguna manera, es ese año. Con lo que cuando vi la oportunidad, y con un aniversario tan redondo como el 150º aniversario, no me lo pensé.

—¿Crees que este libro ha podido ser o será juzgado por los pro-monárquicos?

Este libro será juzgado y lo ha sido, tanto por monárquicos como por republicanos. Pero espero que, independientemente del tipo de forma de Estado que prefieran, les sirva a unos y otros de reflexión sobre lo que estas ideas, las monárquicas y las republicanas, han tenido en España. Lo que ha supuesto y lo que han influido en nuestra historia reciente.

—¿En que momento exacto surge la Primera República?

Las ideas republicanas estaban en ebullición a partir de las revoluciones norteamericana y francesa. Pero son tiempos convulsos, no ya en España, sino en toda Europa. Rercordemos que el siglo XIX francés es una auténtica locura con varias restauraciones monárquicas y diferentes dinastías, dos imperios, revoluciones, repúblicas… ¡y no andan quejándose de lo movido que fue esa centuria para ellos! En España el reinado de Isabel II estaba en decadencia y puesto contra las cuerdas tras una serie de acontecimientos que desemboca en la que se conoce como la Revolución Gloriosa. Y de aquí un periodo total de seis años donde hay una regencia, un cambio a una monarquía elegida democrática con Amadeo de Saboya y, finalmente, la proclamación de la república.

—¿Cómo le explicarías a alguien que acaba de iniciarse en política o historia de España lo que fue esa Primera República?

Un intento con toda la buena fe de dar a España una forma de gobierno que se adecuara a lo que se creía que era el sino de los tiempos. Pero desgraciadamete comenzó entre controversia por el tipo de república: que si unitaria o federal. Y la federal con las ideas poco claras del modo en que llevarla a cabo. Para colmo, metida en varios conflictos como la Guerra Carlista o la Guerra Grande de Cuba. a la que se añadió la cantonal, y que acabaría colapasando por falta de un apoyo popular.

—¿Cuáles son los principales nombres que surgen a partir de este hecho histórico?

De este periodo hay nombres como los diferentes presidentes del poder ejecutivo (que así se denominaban), como Figueras, Salmerón, Pi y Margall, Castelar y el olvidado Serrano. Pero de este momento salen también los de Sagasta y un agazapado Cánovas que será el artífice de la Restauración alfonsina.

—¿Con cuál de estos nombres te gustaría mantener un debate o una charla larga y extendida?

Sin duda con Emilio Castelar. Me parece un auténtico animal político. Una figura que resulta controvertida y muy poliédrica. Pidió mano de hierro para acabar con la situación en que había devenido la república, pero al mismo tiempo no quiso coger el poder que le ofrecía el general Pavía tras su golpe. Maestro de la oratoria, es sin duda uno de los epítomes del político decimonónico español.

—¿Te hubiera gustado vivir en primera persona aquella república?

Pues no digo yo que no hubiera sido interesante. Era un momento de cambio en todo el mundo, y España no fue ajena. Y ver aquella confusión en primera persona sería un lujo que sólo he podido hacer gracias a los Diarios de Sesiones del Congreso y de la prensa del momento, que era durísima y de lo más sarcástica que podamos encontrar. ¡Más que en nuestros días! De hecho le acabé dedicando un capítulo para ella sola pues me pareció increíble.

—¿Se podría decir que Amadeo I de Saboya fue el principal perjudicado?

No realmente, pues fue el propio Amadeo el que precipita la proclamación republicana con su abandono del trono, por cierto aboslutamente inconstitucional en las formas, pues como él mismo decía, se veía constantemente atacado por enemigos internos en lo que era una casa de locos (literal).

—Si alguien quisiera iniciar una tercera república…¿qué consejos podrías darle?

No soy yo quién para dar consejos a nadie y más sobre tema tan complejo, pero sin duda veo que los actuales republicanos adolecen del mismo problema que se tuvo en 1873: lo poco claro del modelo republicano. Se valora mucho la Segunda, pero ésta fue unitaria, y el modelo que otros muchos reclaman es entre federal y aún confederal. Así mismo no creo que se tenga claro si se pretende una ejecutiva, presidencial, semipresidencial, representativa… Mientras que no se tenga claro qué tipo y forma tendría que tener esa Tercera República, dudo que llegue o, como pasó en la Primera, tenga éxito.

—¿Qué personalidad famosa te gustaría que leyera tu libro?

¡Sin duda alguna que el rey Felipe!