La entrada de hoy es diferente, ya que está dedicada a David Yagüe. Periodista y consultor de comunicación, ha sido clave para poner las entrevistas literarias de actualidad gracias a sus certeras preguntas y sus charlas con multitud de personalidades del mundo de los libros. Ha trabajado en medios como la Cadena Ser y radios locales y alcanzó un merecido reconocimiento con su conocida sección XX Siglos, en el diario 20 Minutos. No solo eso, también tiene algunos libros publicados, como el thriller Bravo Tango Siete, El contratista (Roca Editorial, 2011), Los Últimos Días del Imperio Celeste. (Roca Editorial, 2014) y este año, junto a Javier Velasco, han publicado una gran recopilación de sus mejores conversaciones con autores titulado Entrevistas con la Historia. (Ondina Ediciones, 2023). Hoy, a petición de muchos, el entrevistador será entrevistado en El Galeón Literario.
David Yagüe para El Galeón Literario: «Cuando arrancó la idea de XX Siglos, un espacio dedicado exclusivamente a las narrativas históricas, se convirtió en algo obligado y en una práctica casi semanal»
—¿De dónde nace tu pasión por la literatura y más concretamente por la novela histórica?
Nace en la niñez. Siempre me gustó leer, pero, como muchos otros, mi amor por las narraciones empezó cuando leí en lo que era quinto de EGB El Hobbit de J.R.R. Tolkien. Aquella novela de aventuras me hizo clic, me despertó algo que ya no se ha ido. Después, comenzaría a leer más y conecté con tres autores que me hicieron apasionarme por la novela histórica: Rosemary Sutcliff, Patrick O´Brian y Lindsey Davis. A los tres los he vuelto a releer de adulto y he encontrado sensaciones diferentes, pero de nuevo positivas.
—¿Cómo empezó la idea de entrevistar a escritores?
Soy periodista y siempre me ha interesado el mundo del libro, en el que he trabajado también. Cuando no pude hacerlo para medios, lo hice como bloguero por cuenta propia, por pura afición. Después en 20minutos, cuando arrancó la idea de XX Siglos, un espacio dedicado exclusivamente a las narrativas históricas, se convirtió en algo obligado y en una práctica casi semanal . Y no me arrepiento.
—Para el que no entienda lo que es crear y realizar una entrevista…¿Cómo les explicarías las sensaciones que sientes con ellas?
Las sensaciones son diversas. Las hay muy positivas y las hay muy negativas. Como todo desempeño profesional, a veces son fáciles y otras difíciles; algunas veces salen bien o por mal, por ti o por algo externo. Hay que estar preparado para todo, también para aceptar la crítica. He vivido experiencias muy interesantes, conocido gente maravillosa que ha acabado generando una amistad… pero también me he llevado grandes decepciones.
—¿Cuánto tiempo suele llevarte preparar una?
Depende. Hay autores a los que conozco en profundidad y otros apenas nada. De todas maneras, siempre es bueno preparárselas, dedicarle un rato a pensar qué es lo que quieres sacar de ella y qué crees que tus lectores buscarán encontrar. La mayoría de las veces no hay que pensar tanto en el libro o en la obra, sino en el personaje y lo que puede contar. Y te lo dice alguien que siempre ha tenido muy claro que es importante hablar de los libros, que no me gustan las entrevistas a escritores, músicos o lo que sea donde no se habla nada de sus desempeños artísticos y creativos.
—¿Alguna vez te ha tocado entrevistar a alguien que no te apetecía o te hacía especial ilusión?
Sí, de ambas. ¿Especial ilusión? Pues una de las autoras de mi niñez y adolescencia como Lindsey Davis. Y a los que no me apetecía… No me parece bien decirlo.
—¿Tienes un top tres de tus propias entrevistas?
No lo tengo pensado, la verdad. Pero te podría decir las de Lindsey Davis, Ken Follet y alguna de las que he hecho a Luis Zueco. Pero seguramente mañana te cambie alguna.
—¿Cuándo nació Entrevistas con la historia?
Fue idea de Javier Velasco, a mí no se me habría ocurrido. Él tuvo la idea y me lo propuso: desde entonces no tuvimos ninguna duda con el proyecto. Al final, en novela histórica se han hecho muy poquitas cosas en España y cada pasito es algo nuevo y apetece.
—¿Cómo ha sido la experiencia de escribir un libro junto a Javier Velasco?
Muy buena. Javier y yo siempre hemos tenido mucha sintonía en estos años en los que hemos ido coincidiendo en distintos eventos del mundillo literario. Hemos sido como él siempre dice con cariño, “archienemigos”. Tenemos ideas y visiones de la literatura y de la novela histórica diferentes, pero congeniamos muy bien y valoramos el trabajo el uno del otro.
—¿Podrías explicar que puede aportar una entrevista?
Todo y nada. Hay muchas entrevistas, incluidas mías, que no aportan nada. A veces es culpa del entrevistado y a veces del entrevistador. Otras muchas aportan un buen contenido informativo sobre el personaje y su obra. Y unas pocas, las mejores, aportan algo más, un trozo de vida, reflexiones que sobrepasan al autor y su obra, que son las más difíciles de conseguir y las que más valen.
—¿Qué consejo darías a alguien que está empezando o quiere empezar a entrevistar?
Poca cosa y nada que no se pueda imaginar. Que lea mucho, entrevistas también, y que vea lo que le gusta y lo que no de las entrevistas que lee y escucha. Que se las prepare con primor, no solo la documentación, sino también lo que quiere plantear en la entrevista. Y que haga muchas, porque en esto se puede ser un genio, pero lo más habitual es que se haga un buen entrevistador a base de probar, practicar y equivocarse mucho.
El galeón literario 
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